Crisis democrática

9:34 martes, 21 de septiembre de 2010

Con la vista puesta en las Elecciones Catalanas del próximo 28 Noviembre, los partidos han empezado a engrasar la maquinaria propagandística y a establecer los programas de sus candidaturas. Bien es sabida la aparente diferencia existente entre los partidos políticos, por lo tanto no será de extrañar el repetido alejamiento de la ciudadanía con respecto a su clase política.

Una vez más, las espadas parecen alzarse a favor de los mismos vientos: nacionalismo periférico y central, la derrota de ETA, la economía…Sin obviar la importancia de estos temas, es preciso mencionar una dolencia que viene incubándose en la sociedad actual: el desapego de las personas a participar en el funcionamiento socio-político. Este potencial problema parece no tratarse con el debido respeto por parte de nuestros dirigentes.

Por un lado tenemos una masa social distraída por estímulos mediáticos cuyo único objetivo es salvaguardar a su círculo cercano. El desinterés por las cosas que no les afecten directamente a ellos está asegurado. Por el otro hay una minoría, cada vez más creciente, que toma conciencia de cómo funciona verdaderamente el sistema Democrático. Cuanto más se sabe de ese funcionamiento, menos creencia en el sistema existe.

A su vez, la desunión de las nuevas generaciones con capacidad de votar con respecto a las reivindicaciones de carácter colectivo, implican una pérdida de influencia en la opinión pública. Por lo tanto, este colectivo ha perdido la capacidad de equilibrar la balanza de poderes en el teórico buen funcionamiento de un estado.

Esto nos lleva a replantearnos si las cuestiones casi Dogmaticas que se tratan en las elecciones son las que importan a las personas o las que importan a los políticos. De si el conformismo de todos los implicados arrastra consigo la decadencia de la Democracia. De si sabremos ir más allá de nuestros intereses más inmediatos…

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